Ante la “nueva normalidad educativa”, es decir, la educación a distancia a causa de la emergencia sanitaria por COVID-19, los entornos entre docentes y estudiantes ahora son en su totalidad digitales.
Frente a la educación a distancia, los profesionales de la educación se enfrentan a nuevos desafíos educativos de enseñanza y aprendizaje en escenarios virtuales.
La emergencia sanitaria no solo cambió de forma repentina la vida cotidiana de todos, también está transformando la educación a distancia y las oportunidades profesionales.
Para continuar encaminando el futuro de los jóvenes, los docentes son una clave necesaria para ofrecerles a los estudiantes una educación que les ayude a enfrentar los retos profesionales y personales a lo largo de su vida.
En el ejercicio de la educación a distancia, la capacitación continua docente va más allá de recibir un título, se trata de transmitir, inspirar y asegurar el aprendizaje en cualquier situación para el desarrollo y el futuro de la transformación social.
¿Qué necesita la educación a distancia?
A lo largo de la evolución tecnológica, la educación a distancia ha sido un modelo adoptado por la mayoría de los centros educativos.
Sin embargo, ante la propagación de COVID-19, la educación remota está cobrando mayor relevancia como una alternativa para salvaguardar la salud de todos, evitar el contagio y primordialmente, continuar con la formación profesional de los jóvenes.
Los entornos virtuales de educación requieren un mejor desarrollo de competencias digitales docentes, para que el aprendizaje de los alumnos siga adelante y los modelos educativos garanticen la calidad de la misma.
Retos docentes ante la educación a distancia:
- Nuevas formas de interacción entre profesores y alumnos con recursos didácticos, que no solo impliquen mirar una pantalla, sino mantener una comunicación efectiva y una interacción significativa.
- Integración de materiales de enseñanza y aprendizaje, así como el uso y gestión de plataformas de seguimiento y evaluación online.
- Flexibilidad en las metodologías de enseñanza y aprendizaje para motivar a los estudiantes, poniendo mayor atención en los procesos educativos individuales y creando más oportunidades para escuchar a los alumnos.
- Afrontar los efectos emocionales de la “nueva normalidad educativa”, reforzando la atención psicológica y salud mental de docentes y estudiantes.
El contexto actual es una gran oportunidad para mejorar los procesos educativos en línea y bajo este sentido es necesario abordar nuevas competencias digitales para la innovación pedagógica.
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